Este jueves, 22 de septiembre, tuve la oportunidad de asistir en la Galería fotográfica Il Mondo, a la inauguración de la exposición L’esvaïment i el rastre (El desvanecimiento y el rastro) de Maribel Mata, amiga y colega a la que admiro muchísimo. Esta exposición, que comparte sala con Converses amb la mort de Jaume Buxeda, forma parte del Festival de fotografía analógica Revela´T cuyo tema este año es tempus fugit, que hace referencia al irremediable paso del tiempo.
Aunque parezca un paisaje onírico, la imagen superior es un quimigrama, como el resto de las fascinantes imágenes de la exposición. Se agradece muy especialmente que las galerías de arte se arriesguen con propuestas tan artísticas, arriesgadas y personales que nos descolocan y nos hacen reflexionar sobre la fotografía, sus límites, sus propuestas y, sobre todo, sobre su propia esencia.
Para entrar en el universo artístico de Maribel Mata, he de decir que hace años que la conozco porque hemos coincidido tanto en la Facultad de Bellas Artes de la Universitat de Barcelona como en el L’espai de fotografia Francesc Català-Roca, por lo que soy muy consciente de sus inquietudes intelectuales, de sus referentes visuales y, sobre todo, de su constante experimentación creativa.
A lo largo de estos años he ido viendo cómo progresaba su obra hacia estos espacios íntimos, oníricos y muy personales. Maribel se caracteriza por una inmensa humildad firmemente asentada en profundos conocimientos y grandes inquietudes. Esto se refleja en sus imágenes, que suelen estar cuajadas de una poesía minimalista, íntima, profunda y sincera.
Una constante en sus obras es la exploración, con maestría y una inmensa delicadeza, de las infinitas posibilidades de la relación tan particular como íntima y delicada que esta artista mantiene con la luz y, sobre todo, con las sombras. Me declaro admiradora de su dominio de la exposición, que con frecuencia lleva al límite de la subexposición, de sus imágenes cuajadas de sombras y oscuridad en las que dibuja, con sutiles hilos de luz, esa cotidianidad profunda y sincera de una vida auténtica que fluye mucho más allá del espectáculo y artificio que suele cuajar las redes sociales… aunque Maribel Mata aproveche precisamente Instagram para hacernos partícipes de su mirada sobre el mundo.
Serie El desvanecimiento y el rastro
Como explica Nadia García-Barbón, curadora y responsable de los textos de la exposición: «La serie El desvanecimiento y el rastro de Maribel Mata nació desde el impulso creativo generado por la indagación sin límites con técnicas fotográficas. En esta muestra la autora presenta paisajes imaginarios, sublimes y sosegados creados a partir de la técnica conocida como quimigrama. Su línea artística gira en torno a la experimentación para sintetizar conceptos como el silencio, lo onírico y el universo poético dando como resultado imágenes abstractas, minimalistas y de gran belleza plástica. Fracciones de tiempo determinadas por la reacción de químicos fotográficos para crear paisajes del alma».
Como le comenté a la propia autora el día de la inauguración, cuando vi las primeras obras de la exposición: no sabía bien qué estaba viendo al inicio. Hay un aura pictorialista en esta propuesta que me retrotrajo a paisajes de aquellos primeros tiempos en los que la fotografía del s. XIX intentaba reivindicar, por medios poco convencionales para la época, su capacidad artística. Sin embargo, un matiz muy ornírico, poético y minimalista, me señalaba que había algo que me estaba perdiendo y… conozco a Maribel desde hace tantos años… que comencé a sospechar que aquello que tenía delante podían no ser paisajes mundanales, ni fruto de ninguna cámara fotográfica sino lo que verdaderamente son: ¡quimigramas!
Quimigrama
El quimigrama (del sufijo «quimi», química, y el sufijo “grama”, escrito) es una técnica que podríamos definir como «pictórica» dentro de la fotografía, dado que utiliza químicos de revelado (revelador y fijador) para «pintar» y dibujar en soportes como el papel fotográfico para obtener resultados que, por utilizar el vocabulario contemporáneo, «hackean» con técnicas del s. XIX los cimientos y límites de la fotografía y la pintura contemporánea.
Por lo tanto, el quimigrama es una técnica pionera en esto tan de moda de los «mixed methods» al reunir procedimientos y materiales propios de la pintura y la fotografía en obras que trascienden ambas disciplinas. Para aquellos que no habéis hecho nunca quimigramas, de manera muy simplista: son imágenes en las que se utilizan las posibilidades de los materiales fotosensibles (sensibles a la luz) pero sin la mediación ni la utilización de una cámara.
Para que nos entendamos: se pinta y dibuja con químicos sensibles a la luz, sobre un soporte sensible a la luz, en un lugar iluminado. El resultado tiene un alto contenido de azar y de experimentación, porque con frecuencia más que usar pinceles o utensilios dirigidos con firmeza por la mano… se deja que los químicos dibujen su propio camino, dejen su huella sobre un soporte que habitualmente se mueve para ayudar en ese trazo.
Maribel Mata
Como se explica en la página de la exposición, Maribel Mata es una fotógrafa de Barcelona, formada en Bellas Artes (UB), que combina la creación artística y los proyectos personales con la docencia. Profesora y coordinadora el L’espai de fotografia Francesc Català-Roca. En esta web se puntualiza: «Además de trabajar la fotografía íntima y cotidiana, una constante en su trabajo es la utilización del fotograma y el quimigrama para hablar sobre el paisaje y su construcción. Le gusta experimentar con estas técnicas que le permiten simplificar conceptos como el silencio, la poética del espacio o lo cotidiano, siempre desde la sorpresa y el imprevisto que caracterizan tanto una técnica como la otra y que permiten también obtener imágenes abstractas de gran simplicidad y belleza plástica».
En la página de la exposición, se recogen las opiniones de Maribel Mata, que explica: «El fotograma y el quimigrama me acercan a aquello mágico y sorprendente. Me permiten pensar mientras hago. Es un proceso de aprendizaje, de hacerte echar atrás, a veces, y sentir que aquellas emociones de los descubrimientos se desvanecen como la plata en las cubetas, como el tiempo, como un delirio que ya no hechiza. Es un itinerario largo, y al fin y al cabo, personal y quizás epidérmico del paisaje. (…) Pero el hallazgo de estos paisajes imaginarios me acerca a aquello sublime que busco cuando contemplo en silencio algo. Es la fuerza principal que me impulsa a seguir una tras otra la indagación sin límites»
Mata habla también de los límites del espacio: «tan categóricos que hacen sufrir. Pensemos en este espacio, tan heterogéneo que nos embruja. Pero todo esto son percepciones subjetivas que me gusta ver reflejadas en algún lugar. Estos paisajes son, para mí, la memoria de los sueños, una memoria a veces plegada pero potente, otras desvanecida y cobarde, como el tiempo, cuando huye, o los límites cuando se desvanecen. Las recepciones de cada uno de ellos son como notas de una partitura. Todas juntas suenan bien, si están afinadas».
Por tanto, he aclarado desde el inicio que somos amigas porque no soy capaz de ser objetiva ni neutral con una artista a la que quiero y admiro a partes iguales. Ahora ya es decisión vuestra si le queréis seguir la pista también.
¡¡Felicidades, enhorabuena, Maribel!!
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