Anna Turbau: la mirada que sacó a la luz una Galicia diferente


Galicia, la transición años 70 ©Anna Turbau
Galicia, la transición años 70 ©Anna Turbau

Había oído hablar de Anna Turbau y sentía curiosidad por conocer a una de las pocas fotorreporteras importantes que hubo en la Transición y a la que no creo que se haya hecho justicia con posterioridad (¡¡¡probad a poner su nombre en google o en la wikipedia si no me creéis!!!).

Galicia, la transición años 70 ©Anna Turbau
Galicia, la transición años 70 ©Anna Turbau

Por este motivo fui, hace varias semanas, a la inauguración de su exposición “Galicia, la Transición años 70”, que podéis visitar hasta el día 15 de septiembre, organizada por el Espai fotogràfic Català Roca en Golferichs y por este motivo escribo esto ahora: para hacer un poco de justicia, aunque sea poética, a su trabajo. Anna Turbau estuvo sumamente amable y accesible, cosa que siempre es de agradecer. Le pedí información sobre su obra y me regaló un documental sobre su trabajo en Galicia («La mirada de Anna«, dirigido por Llorenç Soler) que no conocía y que recomiendo encarecidamente a aquellos que estén interesados en saber qué había detrás de aquellas fotos: los conflictos sociales, políticos y humanos con los que la joven fotógrafa se encontró en aquellos años en Galicia. Le comenté mi intención de escribir sobre ella en este blog y se puso a mi disposición: me dio permiso para reproducir las imágenes que estimara oportuno (todas ellas sacadas de su página web, en la que encontraréis más material fotográfico: http://www.annaturbau.com/) y para ponerme en contacto con ella para pedirle la información que necesitara. ¡Gracias, Anna!

Del trabajo de aquellos años en Galicia yo creo que hay que valorar la honestidad, la implicación humana, el compromiso y el riesgo asumido por una joven fotógrafa en los primeros tiempos de la post-dictadura. A esos alumnos míos que ya ni siquiera saben en qué años fueron las grandes guerras del s. XX ni han vivido otro régimen que esta democracia en la que parece que todo está permitido, les recuerdo que hay momentos en los que decir la verdad (o peor aún, intentar fotografiarla y tener acceso a los medios para poder difundirla) puede llegar a ser más peligroso que empuñar un arma.

Galicia, la transición años 70 ©Anna Turbau
Galicia, la transición años 70 ©Anna Turbau

Las fotografías de Anna Turbau, con sus grandes picados y contrapicados, siempre en el corazón de la acción y recogiendo las actitudes de todas las partes comprometidas en el conflicto nos dejan un detallado retrato de aquellos años con un sello personalísimo. Con unos cuidadosos encuadres, las composiciones de Turbau abren paso a un torrente de energía y rebelión en el que es constante la presencia de mujeres que no son víctimas pasivas sino personajes importantes en una trama compleja.

Galicia, la transición años 70 ©Anna Turbau
Galicia, la transición años 70 ©Anna Turbau

Si con Dorothea Lange nos acercamos a la mirada cargada de humanismo y comprensión hacia esas madres emigrantes desoladas ante el hambre y el angustioso porvenir de sus hijos, con Anna Turbau nos situamos ante otro tipo de mirada y de mujeres angustiadas por el futuro: las que dan un paso adelante para reclamar lo que consideran suyo y se encuentran con una cámara valiente, dispuesta a retratarlas con toda la atención que sus actos, cargados de significados, merecen. Por no hablar de las conmovedoras imágenes que realizó en el Manicomio de Conxo (Santiago de Compostela, 1977), en el que supuestamente no podía haber menores de edad.

Manicomio de Conxo, Santiago de Compostela 1977, ©Anna Turbau
Manicomio de Conxo, Santiago de Compostela 1977, ©Anna Turbau

Anna Turbau, mientras yo preparo esta entrada, me envía un extenso mail respondiendo a mi petición de tener algún comentario suyo para completar mi visión de su trabajo, que voy a intentar reproducir por completo ya que sus palabras me parecen muy interesantes. La experiencia única y comprometida de esta fotógrafa nos retrata a una Galicia «anacrónica» que no parece vivir esa España de los 70 que películas y series como Cuéntame nos han revivido en los últimos tiempos. Y, aunque no soy muy partidaria de quejarme por esas «primorosas» realidades con las que nos encontramos por tener el inigualable privilegio de ser mujeres… hoy voy a hacer una pequeña excepción al hilo de los comentarios de A. Turbau. Dicho esto, vayamos por partes, que esta entrada promete ser muy larga.

Los Ancares, Galicia 1976
Los Ancares, Galicia, 1976. ©Anna Turbau

Las imágenes de Turbau, como las tomadas en Los Ancares, Galicia 1976, nos remiten a una situación límite de pobreza y recursos que fueron la base de todas esas protestas e indignación ciudadana. En palabras de su autora: “Me encontré con la realidad gallega casi por casualidad, eran los principios de los setenta. Los movimientos populares surgían con una fuerza que coincidía con la mía. Su objetivo era el mío, tanto vital como político. Y allí me quedé. Los tópicos sobre Galicia se derrumbaron después de una historia repleta de silencio y sufrimiento. Mi trabajo era muy claro, saltar las barreras del caciquismo, la censura y la represión policial. Trabajé con grandes periodistas que respetaron mi trabajo y nunca jamás mi condición de mujer fue un impedimento para un trabajo por difícil y arriesgado que fuera. Me ayudaron, me protegieron, me alimentaron. Tengo en el recuerdo anécdotas muy emocionantes, pero a la vez situaciones muy duras que se entrelazaban con mis sentimientos y mi rabia de lo que había vivido nuestro país con el franquismo”.

Los Ancares, Galicia 1976
Los Ancares, Galicia 1976. ©Anna Turbau

Por otro lado, como ya he dicho, hay que tener también en cuenta su situación (y mérito) como fotoperiodista en aquellos momentos en los que alguien con una cámara ya llamaba mucho la atención, como profesional que publicaba en medios con la difusión y el atrevimiento de Interviú lo que ya de por sí era mirado con recelo… y como mujer en un momento en el que los demás compañeros de profesión eran hombres y, por tanto, ella se convertía en un objetivo fácil de identificar en unas circunstancias en las que la mayor seguridad consistía en poder permanecer en el más estricto anonimato. Anna Turbau lo cuenta con estas palabras: “Con veintipocos años, yo era una mujer fotoperiodista, en un mundo de hombres fotógrafos de los periódicos gallegos que se cubrían muy bien las espaldas, sin brazalete identificativo. Por tanto, como colaboradora libre de la revista Interviú, la policía me localizaba en todos los acontecimientos políticos, manifestaciones, y lo que era peor, la información saltaba sus barreras de censura, y aparecía a las pocas horas publicado en todo el país. Poco futuro para una batalla tan desigual. Y la policía empezó el cerco. Hasta que un sábado, viendo la situación muy negra, con mi compañero de piso y buen amigo, llenamos nuestros bártulos en un 600 que compartíamos e inmediatamente nos fuimos Portillas arriba hacia el mundo que no era el nuestro».

Poblados gitanos 1975/1985
Poblados gitanos 1975/1985, ©Anna Turbau

Salvando las distancias (que, obviamente, son enormes), comprendo perfectamente sus palabras porque yo también fui no sólo fotoperiodista mujer jovencísima, sino además la única extranjera trabajando en un diario regional en el norte del Perú: por lo que me tenía todo el mundo perfectamente ubicada en cuanto entraba en algún sitio. Ser tan absolutamente localizable e identificable impone, cuando menos, cierto respeto. Sin embargo, tener una visión diferente a la «habitual» también te abre puertas… hasta que llega el día en el que sabes que has de hacer las maletas.

Somni d’un carrer, Els Comediants 1982
Somni d’un carrer, Els Comediants, 1982. ©Anna Turbau

Creo que lo malo de haber tocado el cielo con un dedo fuera de tu «casa» siendo mujer, fotoperiodista y muy joven, reside en creer que todo va a ser tan simple como demostrar tu valía y cosechar los resultados… pero el mazazo que puede llegar a darte la realidad más cercana puede dejarte fuera de juego durante una buena temporada. En mi caso, perdí la cuenta de las entrevistas realizadas en Barcelona en las que me dijeron que tenía demasiado curriculum (¡¡¡a los 26 años!!!), hasta que escuché a un señor muy educado decirme que yo era un factor de riesgo porque era demasiado independiente y capaz de asumír riesgos… para un puesto de periodista. Recuerdo que, atónita, le pregunté si le hubiera contestado eso mismo a un hombre de 26 años que hubiera tenido mi CV., mi experiencia laboral, la disponibilidad y libertad para viajar a cualquier lugar, y mi capacidad para resolver tanto la parte escrita como la fotográfica en una historia. Su respuesta fue: “Pero tú no eres hombre, ¿verdad?”. ¡Cataclock! Estampada contra un techo de cristal difícil de superar… y fin de la batallita.

En cuanto a las épocas en las que esto sucede: Anna Turbau nos habla de los primeros años de la Transición y yo regresé a España en el año 2000, así que en ninguno de estos dos casos estamos hablando de la prehistoria… ¿o sí? Algunos se empeñan en afirmar que la “igualdad” está plenamente conquistada… yo sólo diré que algún día esto será una verdad inamovible pero, de momento, constato con tristeza (que no con resignación) lo que dicen que dijo Galileo ante la Inquisición: “Eppur si muove” (“Y sin embargo, se mueve”).

Santiago, pequena historia natural 1993
Santiago, pequena historia natural, 1993. ©Anna Turbau

La propia fotógrafa comenta: “La nueva situación en Barcelona fue demoledora. Mis objetivos personales y profesionales no coincidían para nada con el mundo profesional que estaba en pleno auge. Las situaciones que jamás hubiera imaginado, personales y profesionales, me las hicieron vivir con una dureza fuera de lo normal. Los compañeros que tenían cierto poder dentro de las redacciones de los periódicos marcaban pautas de control difíciles de asumir. Los castigos por no ceder a situaciones humillantes para la mujer, tan de moda en aquella época, hicieron que me apartara del mundo periodístico durante unos años”.

Aunque, efectivamente, lo que distingue al que tiene una meta del que se rinde o se conforma con unos cuantos centenares (o millares) de puertas cerradas es la constancia y la perseverancia. Todo esfuerzo termina teniendo recompensa y, como cuenta nuestra fotógrafa: “Más tarde me reincorporé de la mano de Jacinto Perez Iriarte a la revista que dirigía. Me sentía bien, como en la primera época que trabajé con Manuel Vazquez Montalban. Poco a poco volví a la ilusión del trabajo . Pero el mundo editorial tenía grandes vaivenes, como ahora, y la revista Actual se trasladó a Madrid. Decidí entonces que otro ciclo de fotoperiodista había terminado, y aunque seguí ligada a él, busqué terrenos más favorables para mi supervivencia como persona, mujer y fotógrafa”.

Mujer y silencio – Calatañazor, Soria
Mujer y silencio – Calatañazor, Soria, 2009, ©Anna Turbau

Tras todos estos acontecimientos, Anna Turbau siguió trabajando en proyectos como “Mujer y silencio – Calatañazor, Soria” (2009), tras el cual una desafortunada caída le ha complicado la movilidad y la ha tenido apartada de las cámaras durante dos años. Sin embargo, dando muestras de ese espíritu emprendedor e independiente que la llevó a poner su nombre en algunas de las páginas más importantes del fotoperiodismo de los años 70, Anna Turbau me dice como despedida en su mail: “Ahora, que aunque sigo con el mismo problema, me he adaptado a las circunstancias, estoy preparando varios proyectos. Acompañada de mis ilusiones, vuelvo a mirar mi entorno, buscando aquel segundo de mi realidad muy limitada pero que me traslada al encuadre que me fascina. Es un viaje muy personal, muy lejos de las tendencias de ahora, pero lo vivo con mucha tranquilidad”.

Fotos de prensa 1982-1985
Fotos de prensa, 1982-1985. ©Anna Turbau

Desde este blog sólo me queda agradecer a Anna Turbau su amabilidad, colaboración y testimonio, con mis mejores deseos para ese nuevo camino hacia un encuadre diferente… porque nunca se sabe dónde encontraremos esa fotografía que nos cambiará, una vez más, la vida.

Ha sido un inmenso placer…

Fotos de prensa 1982-1985
Fotos de prensa, 1982-1985. ©Anna Turbau

Si os interesa su trabajo, no os perdáis la exposición “Galicia, la Transición años 70”, que podéis visitar hasta el día 15 de septiembre, organizada por el Espai fotogràfic Català Roca en Golferichs.

11 comentarios sobre “Anna Turbau: la mirada que sacó a la luz una Galicia diferente

  1. Tuve la suerte de ser su alumno y en poco tiempo su amigo, pero sigo siendo su alumno, su propia humildad hace que cada día descubramos su obra en pequeños pedacitos escondidos que no salieron a la luz en su momento.
    Ciertamente Rebeca tu si haces justicia con ella, gran fotógrafa.

  2. Esta es la grabación de la charla-proyección que nos ofreció Anna en Estella el pasado día 30 de octubre. Una gozada el haberla conocido como persona y como fotógrafa. Creo que merece la pena dedicar un rato a conocer su obra.

    1. Gracias, Ricardo, por dejarnos aquí la charla. Es un verdadero placer contar con comentarios que aportan tanto a este blog. Y sí: yo creo que es una autora a la que merece la pena conocer.
      GRACIAS

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