La fotografía familiar en la época de las redes sociales


Comentaba Pierre Bordieu, en Un arte medio. Ensayo sobre usos sociales de la fotografía (publicado originalmente en francés en 1975), que la fotografía consigue, mejor que otros bienes, calmar el sentimiento o la necesidad de intimidad del ser humano actual. Esto sería debido, según este autor, a que contribuye a reforzar el sentimiento de unidad familiar y termina equiparando este tipo de fotografía a la «fabricación casera de emblemas domésticos». A lo que podría, incluso, añadirse la fabricación internacional de los mismos emblemas con exposiciones como The Family of Man.

Exposición The Family of Man en el Museum of Modern Art (1955) Foto: Erza Stoller; Copyright: Museum of Modern Art Archives. Link a e-flux
Exposición The Family of Man en el Museum of Modern Art (1955) Foto: Erza Stoller; Copyright: Museum of Modern Art Archives. Link a e-flux

Una relación extraña la de la familia y la fotografía, con retroalimentaciones peculiares. Mientras la fotografía y el álbum familiar contribuyen a la creación de la tradición, el legado y la historia familiar, la institución familiar ha contribuido al éxito, auge y popularidad de un medio que siempre ha estado al servicio de Bodas, Bautizos y Comuniones… pagando muchas veces un alto precio por este vasallaje.

Sin embargo, Bordieu no conocía aún los niveles a los que podía llegar la fotografía doméstica en Internet o los nuevos usos y costumbres de los álbumes familiares en las redes sociales como Flickr o Facebook, o en las manos de fotógrafos como Richard Billingham o Nan Goldin.

Fotografía del libro «Ray’s A Laugh» (1996), de Richard Billingham, en la que éste retrata a su padre: Ray. Link a una entrada sobre Billingham en el blog AnOther

Los nuevos tiempos han llegado y la fotografía doméstica (así como el vídeo o el cine domésticos) se despereza de ese largo letargo de posado y contención en el que se ha visto constreñida. ¿El resultado? Una nueva fabricación de emblemas quizás más íntimos que domésticos (todo depende de lo que entendamos bajo uno y otro término) que se alejan apresuradamente de los cánones clásicos de la «familia feliz».

Autorretrato de Nan Goldin tras ser maltratada (1984). Link a una entrada sobre Goldin en el Blog Fotoartesocial
Autorretrato de Nan Goldin tras ser maltratada (1984). Link a una entrada sobre Goldin en el Blog Fotoartesocial

Mientras tanto, deberíamos ir planteándonos cómo repercutirá en las generaciones futuras no sólo la constante exposición a la cámara sino también a las miradas de conocidos y extraños que se asoman a mirar sin necesidad de preguntar. Aparte de las imágenes de violencia, alcoholismo, drogadicción y otras «lindezas» en el ámbito familiar a las que nos vemos expuestos… queramos o no, podríamos hablar de esa otra intimidad «desfasada» y descarnada que muchos adolescentes cuelgan despreocupadamente en la red. Para completar el panorama, en los últimos días leía que muchos niños llegan al mundo con una cuenta de correo abierta en la red cuando aún eran fetos y con imágenes (ecografías) publicadas recién sacadas de la intimidad por antonomasia que es el vientre materno, como es el caso del bebé de Jc Morin que aparece en su website desde las 12 o las 20 semanas de desarrollo del feto.

Ecografías de un feto de 12 semanas colgadas en internet por su madre en un blog dedicado a mamás: Mamá y más.

La pregunta que me asalta ante este panorama es ¿qué tipo de «emblema doméstico», de «intimidad» o de «cotidianeidad» estamos creando? ¿Qué nueva imagen de la familia y del propio ser humano surgirá de estas prácticas? ¿Cómo afectará a la memoria y a la identidad del ser humano la posibilidad de ver toda la vida reflejada en imágenes… incluyendo el estado fetal?

Y si todos tenemos derechos morales sobre nuestra propia imagen y la reproducción de la misma… y a todos nos avergüenza alguna de las instantáneas domésticas que tanta gracia hacen a nuestros familiares o que encontrábamos tan «guays» en plena adolescencia pero que después miramos con «otros ojos»: ¿qué estamos haciendo entre todos con el derecho a la intimidad o al control de la propia imagen de los niños? y ¿qué se están haciendo a sí mismos algunos adolescentes?

Finalmente, volviendo a la cita de Bordieu con la que daba comienzo a esta pequeña reflexión: ¿Sigue la fotografía calmando la necesidad de intimidad del ser humano o ha comenzado a alimentar su afán desbocado de popularidad, de expresividad y de atención? y ¿hacia dónde vamos en este desenfreno «imaginario»?

4 comentarios sobre “La fotografía familiar en la época de las redes sociales

  1. Interesante reflexión. La intimidad ha muerto en el seno familiar a menos que, como en algunas reuniones, se obligue a dejar los smartphones a la entrada. También el diálogo y la convivencia misma se están viendo afectados, como ya ocurriera con la introducción de la radio y la TV en el ámbito doméstico.

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